Pancho Varona

Blog personal de Pancho Varona.

jueves, diciembre 28, 2006

Santiago de Chile y fin


Nooooooooooooooooo, no me había olvidado de Santiago, ¿cómo me voy a olvidar de Santiago?, ¿será posibl?
Lo que pasa es que uno llega a casita y empieza a hibernar con los fríos madrileños que son muchos y tan intensos que no apetece más que mantita (sin carretera ni top) y televisión y peladillas y piñones y dos chicas que te mimen (no penséis mal) y zambomba (dije que no pensarais mal, carajo!)y todas esas memeces que curan el alma algunas veces como esta, porque habitualmente no soy muy navideño que digamos.
Así que hemos terminado una gira que ha durado más de trece meses y que ha concluido en Santiago y embutido en mi traje de obispo. ¿Que si viajó el traje de obispo al final a Santiago? pues claaaaaaaaaaro que viajó. Yo claaaaaaaaaaro que pensaba que no viajaba el traje de obispo a Santiago pero, al final, claaaaaaaaaaro que viajó, y así terminé la gira, vestido de obispo.
¿Quién me iba a decir a mí cuando yo era jovencito que terminaría el 2007 haciendo una gira con un tipo que se llama Joaquín Sabina, en Santiago de Chile y vestido de obispo?
Igual que nos hemos acostumbrado a empezar varias giras por España en Gijón, nos estamos empezando a acostumbrar a acabar giras en Santiago de Chile. Es una buenísima noticia que se empiece a hacer costumbre lo de viajar a ese hermosísimo país y a esa hermosísima ciudad que es Santiago (¡qué montañas, señores, qué montañas...!).
El caso es que llegamos a Santiago tras la resaca de la última bombonera y nos vino bien cambiar de ambiente porque estábamos un poco endiosados...joder, es que te crees la hostia en Buenos Aires y más todavía vestido de obispo. Así que Santiago nos puso en su sitio. Unas seis mil personas, que es una cifra estupendísima para nosotros, y mucha pasión pero pasión sentada, no pasión desatada. La pasión sentada también se agradece porque es otra forma de apasionarse. Igual de calientes pero sentados. ¿Me explico? ...ya sabía yo que no me explicaría.
La novedad en Santiago fue "Violetas para Violeta". Dicha canción es una versión medio blueseada de "La carta" de Violeta Parra, con nueva letra hecha por Joaquín y emocionantísima a mi modo de entender. Joaquín nos dijo que la ensayáramos para ese día y así lo hicimos. La ensayamos sin Joaquín en la prueba de sonido, con su principio (la empezaba Antonio con el teclado y Paco con la batería) y su final glorioso. Pero en el momento del chou, llegó Joaquín, se colgó la guitarra y la empezó él, dejándonos a todos con dos palmos de narices...risas...¿y ahora qué hacemos?...pues seguirle, qué vamos a hacer!...osea, que Joaquín la empezó a lo Dylan, sin avisar. Empezar una canción a lo Dylan es más o menos "sálvese el que pueda".
Yo tenía un amigo batería genial llamado Sergio Castillo que decía una frase definitiva: "¡El primero que llege al solo, se lo hace!". Así empezamos "Violetas para Violeta" en Santiago o algo parecido a eso.
Pero en cambio la terminamos de maravilla, y lo sé porque todos estábamos un poco emocionados de cantar un homenaje merecidísimo a Violeta Parra, en Santiago de Chile y apenas una semana después de que muriese el que murió.
Espero de verdad de la buena que esa canción, que ya tenemos grabada, salga en el próximo trabajo de Joaquín junto a otras tres o cuatro que también tenemos grabadas y otras diez que tenemos que hacer.
Después del chou nos sirvieron una copita en el backstage, con su ceviche y su caldillo de congrio, todo en pequeñas dosis. No en plan cenorrio sino en plan aperitivo. Y allí estuvimos todos los miembros de esta gira maravillosa que solo tuvo una pega: fue demasiado larga para nosotros. Estar dos meses fuera de casa es como para acabar con la paciencia del más pintado. Y eso que todos somos amigos. Imagináos si fuéramos enemigos...!
Joaquín, durante el chou, tuvo palabras emocionadas y amabilísimas para todo el equipo que ha viajado dos meses junto a él. Agradeció a todos y en especial a Jimena.
Yo, desde aquí, también quiero agradecer a Jimena haber estado ahí 24 horas al día, siete días a la semana. Gracias Jime por todo, por Chile, por Joaquín, por todo!
Pido perdón por el retraso en colgar la crónica pero he tenido problemas con la internés, con la página, con el blog y con su puta madre. Son días difíciles para dejar mensajes y para entrar en páginas. Si ya decía yo que donde esté una buena hoja de papel y un bolígrafo...pero esto tiene sus ventajas, bueno, más bien diría que tiene una ventaja pero enorme. La ventaja sois vosotros.
A partir de ahora, vida nueva. El otro día creo que era Jaime Asúa el que decía que nos habíamos quedado en paro. Pues sí, la verdad. Nos atan cosas pero trabajo seguro y fijo no tenemos ahora mismo. Hay unos cuantos Karaokes y top colchas para finales de enero, febrero y marzo, pero con Joaquín no hay nada seguro ahora mismo. Pero lo habrá, vaya si lo habrá. Y todos sabemos a qué me refiero.
Respecto a la gira creo que está casi todo dicho. No me canso de agradecer y agradecer todo lo hecho y dicho por vosotros. No me canso de agradecer todos los comentarios que habéis dejado Y QUE TODAVÍA ESTÁIS A TIEMPO DE DEJAR; esta bendita página, este bendito blog seguirá abierto a petición popular. De verdad que ha sido tantísima gente la que ha pedido que siga contando cosas tras la gira que no sé ní cómo ni cuándo ni qué diré pero daré señales de vida bastante a menudo.
Además el cabrón de franciscójose, con muy mala leche, me dice que me presente al Nobel de literatura. ¿Será posibl?
El guitarrista insurgente varona cuelga de momento el bajo. La guitarra acústica se irá al hospital y el guitarrón está para hacer palillos. También perdí en el combate de la primera bombonera la diadema de princesa que le iba a regalar a Eva (ya que ella me la regaló hace justo un año) después de visitar medio mundo. Era la diadema más viajada de la historia de la música. Alguien la tendrá en su casa. Que la disfrute como yo la disfruté.
Lo que más voy a echar de menos de esta gira es salir a la calle de cualquier ciudad de América a buscar un ciber café o un locutorio para escribiros porque os habéis convertido en mi familia.

Benditos seáis!

Guitarrista insurgente Varona.
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miércoles, diciembre 20, 2006

Buenos Aires (2)


No sabía si lo había soñado o había sucedido (suena a principio de mala novela). Exactamente eso fue lo primero que pensé al despertarme al día siguiente en que llovió sobre mojado. Al día siguiente en que los buenos aires se convirtieron en espectaculares aires.
Pues claro que había pasado. Caí en la cuenta nada más ver la ropa mojada del día anterior puesta a secar sobre un par de sillas de la habitación del hotel, así, muy en precario: allí estaban las bermudas que me hacen sesi y la camiseta en la que simplemente pone "sabina". Las zapatillas no llegaron a secarse para la noche.
El plan del día consistía en que fueran los técnicos a La Bombonera el domingo tempranito por la mañana y evaluaran los daños. Luego se reunirían todas las partes y decidirían.
Yo tenía muy claro que no se podría hacer la función del domingo a la noche, el segundo chou. Por suerte, siempre me equivoco.
A las tres de la tarde del domingo se decidió seguir adelante aunque el cielo no estaba para nada de acuerdo. Estuvo lloviendo ligeramente hasta media mañana y el cielo estuvo todo el día plomizo. Acojonaba verlo tan gris, y más después de la nochecita anterior...
Nos dijeron que se podría hacer pero que tendríamos que hacer la prueba de sonido con público ya dentro. Ningún problema. Los técnicos ya estaban pillados de tiempo y los organizadores tenían que cumplir escrupulosamente el horario de apertura de puertas.
Así que a las cinco de la tarde, cuando llegamos al estadio, ya había gente dentro. Y cada vez más, y cada minuto más y más. Da un poco de vergoña empezar una prueba con público pero una vez que tocas la primera canción, llegan los aplausos, llegan las risas y lo demás va rodado. Para el público no está mal, imagino que les servirá de distracción en la espera.
Con mucha paciencia se fue arreglando todo,incluso el problema más serio que tuvimos que pasaba por un cable de la guitarra de Antuán que estaba completamente lleno de agua por dentro. Minutillos de nervios y luego suspirazo general al ver (oir) que se arreglaba.
Alguien me prestó una guitarra acústica que no era en absoluto de mi gusto. Agradezco muchísimo el detallazo de acercarme la guitarra para poder usarla en el chou pero la toqué fatal por la falta de costumbre y no pude disfrutar nada. Culpa mía, no de la guitarra. Gracias a quien corresponda.
Y respecto al guitarrón...pues no hubo guitarrón ni en "Noches de boda" ni en "Y nos dieron las diez". No sabéis cómo lo extrañé...al igual que extrañé mi vieja sotana. Ese día me la cambiaron por todo un traje de obispo que me quedaba como el culo por más que Joaquín me dijera "Panchito, estás cojonudo"...jejeje, si sabré yo cómo me quedaba! Dado que dicho trajecito de obispo era alquilado para las funciones de Buenos Aires, Joaquín preguntó a alguien "¿y no podemos llevar el traje de obispo a Chile también?" y yo contesté rápidamente "NOOOOOOOOOOOOOOOO, el traje es alquilado y hay que devolverlo; no se puede llevar a Chile".
Esa noche tratamos de empezar el chou más puntuales que nunca y por eso a las 21 horas y poquísimos minutos estábamos empezando felices el segundo chou en La Bombonera con el fervientísimo empeño y deseo de terminarlo.
Teníamos ganas de tocar todo el repertorio y a mí me podía el morbazo de ver juntos a Fito y Joaquín sobre el escenario.
Desde el primer minuto salió todo a la perfección. La temperatura era ideal. Se repitieron algunas escenas que ojalá no se repitieran más, como la evacuación de desmayadas y desmayados o perjudicadas y perjudicados por encima de las cabezas del público hasta que caían en brazos de sus príncipes azules de camiseta negra con la palabra "control".
La gente estuvo maravillosa, igual que el primer día. La misma marea, la misma masa enfervorizada que todo lo cantaba, todo lo bailaba, todo lo reía y todo lo lloraba. Estuvieron perfectos!!!!! gracias, gracias, gracias, gracias, gracias!
Salió Baglietto a cantar "Con la frente marchita".¡Cómo quieren a Juan los argentinos, es increíble! se nota que es un grandísimo tipo porque todos le adoran. Estuvo muy grande Juan Carlos Baglietto.
Un rato más tarde respiré aliviado al terminar "Ruido" y seguir tocando más canciones. La virgen de los vientos de La Bombonera nos permitía continuar nuestra actuación!
Tras "La del pirata cojo" nos fuimos a los bises y, mientras Antonio cantaba "A la orilla de la chimenea", Joaquín me decía que no empezáramos inmediatamente "Lueve sobre mojado" después de cantar Antonio porque quería decir unas palabras. Y así fue.
Terminó Antonio de cantar como los ángeles, osea como siempre, y salió Joaquín a presentar a Fito con todos los honores. No sé cómo coño hace Joaquín para tener siempre la palabra perfecta en el momento oportuno en el lugar adecuado. Fue muy emocionante ver a los dos hinchapelotas de nuevo juntos.
Pero todo eso, la reunión de Fito y Joaquín y la tempestad del día anterior y el conflicto de las papeleras, todo, absolutamente todo quedó eclipsado por mi traje de obispo. ¡Qué prestancia, qué estilazo, qué porte, qué distinción...! ya quisieran los Roucos o los Ratzinger-Z llevarlo con la clase que lo llevo yo.
De ahí al final continuó la fiesta. Cuando terminamos de tocar la última, todos hubiéramos empezado otra vez con la primera. No hubiera estado mal terminar con "Y nos dieron las diez" y volver a empezar otra vez con "Aves de paso". Y haber invitado a los 40.000 del día anterior para que oyeran lo que les quedó por oir. Hubiera sido maravilloso. Yo estaba tan feliz y tan contento que no tengo palabras.
Al acabar los saludos al público de fin de chou, me hice el remolón y estuve tirando a la gente botellitas de agua, púas, todo lo que encontraba por allí que se pudiera regalar.
Luego, yendo hacia camerinos por el pasillo de los palcos de La Bombonera, de repente vi debajo de mí a unas cinco mil personas embotelladas esperando para salir del estadio por una de sus puertas y me reconocieron y me dieron la ovación más emocionante que me han dado nunca jamás. Yo se la devolví emocionadísimo mientras grababa con mi camarita de vídeo todo lo que podía.
Después llegaron los abrazos y los besos. Habíamos hecho una gran actuación pero todos teníamos en la memoria que la mejor actuación había sido sin duda la de las 80.000 personas que fueron a vernos esos dos días y que nos habían dejado boquiabiertos. Bueeeeeeno, ya sé que no fueron tantos porque muchos de ellos repitieron y fueron los dos días, pero para mí son ochenta millones, carajo!
Juro por mi madre que les decía a mis compañeros que me hubiera encantado ponerme en la puerta y despedirme uno a uno de todos los que fueron a vernos con un "gracias" y un par de besos. 80.000 gracias y 160.000 besos no es nada comparado con lo que me han dado a mí ellas y ellos durante estos dos días.
Leyendo los mensajes que me dejáis aquí, en el blog, no puedo por menos que emocionarme: le habéis dado a la canción "Ruido" un tinte épico maravilloso que antes no tenía. Ya era una canción bellísima pero tras la primera bombonera se ha convertido en otra cosa. Y os lo agradezco porque tengo el honor de firmarla junto a Joaquín y siempre ha sido una de mis favoritas.
Bueno, debo decir que el record de Montevideo cayó con todos los honores. Proporcionalmente en Montevideo hubo mucha más gente dado que tiene mucha menos población que Buenos Aires. Pero las cifras son las cifras. Dicen que ninguno de los dos días se llegó a las 40.000 personas en la cancha de Boca, pero debieron ser más de 37 ó 38 mil cada día los protagonistas de la fiesta.
Porque hay que decir que si hubo protagonistas fueron sin duda alguna los espectadores que me hicieron llorar de emoción, de alegría, de tristeza al irnos.
Una vez más, gracias argentinas, gracias argentinos, gracias Argentina. Gracias por hacer que nos sintamos importantes y queridos y felices. Sois un pueblo maravilloso.

Os llevamos en el corazón.

Guitarrista insurgente Varona.
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martes, diciembre 19, 2006

Buenos Aires (1)


Joaquín me propuso un gran título para esta croniquita sobre el primer chou en La Bombonera, barrio de La Boca, Buenos Aires, Argentina: "Llovió sobre mojado". Era un gran título, al igual que Fito dijo una de las frases geniales de la noche: "Ni los elementos quieren que nos volvamos a juntar".
Yo hubiera preferido titularla "Aires" a secas...o a mojadas. Pero "Aires" solamente no haría honor a esta maravillosa ciudad que nos ha hipnotizado durante cuatro días. "Buenos Aires" es mucho más hermoso como título y como sentimiento.
Es difícil, extremadamente difícil, contar lo que pasó entre las 15 horas del día 16 y las 3 de la madrugada del 17. Intentaré hacerlo siempre desde mi punto de vista pero con la mayor fidelidad posible.
Tomad asiento y prestadme siete minutos de vuestro tiempo porque creo que merece la pena.
Llegamos al estadio del Club Atlético Boca Juniors, también llamado "la bombonera" y situado en el barrio de La Boca, sobre las 15 horas del día 16 con la felicidad del que sabe que va a pasar algo grande. Pero nadie sabía las dimensiones reales de lo que iba a pasar.
Dado que había que abrir puertas a las 17 horas teníamos un par de horas para probar sonido, osea, tiempo suficiente. En 24 años con Joaquín, nunca había pasado tantísimo calor en una prueba de sonido. Algo raro pasaba porque el calor era totalmente insoportable.
A base de mucha agua, mucha paciencia, toallas mojadas en la cabeza, y huídas esporádicas a cualquier lugar donde hubiera una mínima sombra (tuvimos durante dos horas el sol de cara) conseguimos terminar una prueba de sonido que nos dejó a todos relativamente satisfechos y empapados de pies a cabeza por el sudor, el terrible sudor.
Yo salí de allí con un fuerte dolor de cabeza y me quejé porque soy quejica profesional, pero no me preocupé demasiado porque supuse que se me pasaría.
Ya por la noche regresamos a un maravilloso estadio iluminado y repleto de peña, donde nadie podía presagiar lo que se avecinaba.
Tuve la suerte de llevar una cámara de vídeo (mil gracias y mil besos, Lupe y Guille) para poder grabar unas imágenes, mis imágenes, no las del típico vídeo de una actuación sino las mías, las subjetivas, las de la cancha, las del público, las de las gradas o las del interior del vestuario de Boca, rincón mágico, sagrado, y reservado a unos pocos. Ahí conseguí entrar junto a Dani (hijo de Antuán, "sobrino" mío y muy querido por mí)e incluso conseguimos meternos en el túnel de vestuarios por el que salen los jugadores al campo.
Todo un logro para mí, mitómano y seguidor de Atlético de Madrid y Boca Juniors como algunos sabéis. Ese estadio se cae a pedazos de viejo pero tiene tanta historia, tanta magia, tanto fútbol, tanto duende, tanto cántico y tanta belleza acumulada que sus paredes rezuman grandiosidad. Por sus cuatro costados.
Perdón por este inciso pero todo lo vivido ese día es tan importante para mí que a veces necesito detenerme unos instantes y contar brevemente algún detalle que puede parecer nimio a algunos, pero que a mí me perforó el corazón.
Volvamos al calor agobiante. Eran las diez de la noche y no se podía soportar el calor. Dentro del estadio la temperatura era elevadísima y sobre el escenario era directamente infernal debido a los focos y las luces. Sudábamos todos como pollos (¿los pollos sudan?) y de vez en cuando se veía muy a lo lejos un leve resplandor en el cielo. No pasaba nada, la tormenta parecía que no estaba cerca.
A nuestros pies, entre el escenario y la valla de seguridad donde se pone el público, había un llamado servicio de control. ¡Benditos sean!. De verdad que era impresionasnte verlos sacar chicos y, sobre todo, chicas desmayadas o a punto de desmayo. El público, solidario como nunca en mi puta vida vi nada igual, llevaba por encima de sus cabezas a las desmayadas o casi-desmayadas haciéndolas rodar hasta que caían en los brazos de un príncipe azul vestido con una camiseta negra en la que ponía "control" y este las llevaba al puesto de la Cruz Roja argentina.
Mientras tocaba no podía dejar de mirarlos pensando que estaban haciendo tanto bien o librando de tanto mal que, solo con pensarlo, me emociono. Y hablo de cientos de personas rescatadas, no de diez o veinte.
Empezamos tocando el repertorio de siempre y nunca había visto una marea semejante. Como siempre nos pasa en Buenos Aires, los músicos nos mirábamos entre nosotros sin poder creer el espectáculo que estábamos viendo: me acercaba a Jaime y le decía "qué barbaridad!" mientras él me comentaba "es increible!". Luego iba donde Antonio y nos mirábamos enarcando las cejas con ganas de frotarnos los ojos al ver la reacción de ese público.
El chou se desarrollaba muy bien aunque estábamos realmente asfixiados. El extra fue esta vez "Dieguitos y Mafaldas".
Recuerdo que durante la primera parte llegó el viento. Las primeras gotas de lluvia y las primeras embestidas del viento debieron llegar más o menos a la altura de "Resumiendo", osea la octava canción ese día. Lo recuerdo porque tengo la imagen
de Sergio (nuestro técnico de monitores) poniendo plásticos sobre y alrededor de la mesa de sonido dentro del escenario a esa altura del concierto.
Luego, poquito a poco, todo fue aumentando, lluvia y viento.
Pero la debacle llegó en "Ruido". Lo llamo "debacle" porque no sé muy bien cómo llamarlo. Simple y llanamente fue el diluvio universal. Durante los últimos estribillos de "Ruido" fue aumentando el agua de forma que yo estaba en una especie de éxtasis, al igual que el público que, tras pasar varias horas de agobiante calor, recibían el agua del cielo exactamente como eso: como caída del cielo.
Tanta agua caía que entró Berry, mánager de Joaquín, al escenario a pedirnos que saliéramos pitando de ahí porque había peligro real. Ya antes, debido al viento, se habían tenido que quitar los paneles traseros que sirven para que se proyecten las imágenes y solo quedaban los laterales. Pero esos paneles laterales junto a los plásticos y los telones hacen el efecto "vela" cuando hay viento. Y cuando hay mucho viento, son armas de destrucción masiva.
Varios de nosotros nos refugiamos en un camerino rápido que ponen en el escenario para cambios rápidos de ropa. Ahí empezó todo. El viento empezó a azotar el escenario, los instrumentos empapados caían al suelo, las cajas más pesadas rodaban de un lado a otro del escenario, dos compañeros, que pesan más de 200 kilos entre ambos, estaban sujetando un plástico o un panel y el viento los levantó como muñecos y los arrojó contra la pobre Cristina (road manager) que corría con mi bajo Rickenbaker en sus manos para salvarlo del desastre. Cristina al suelo y el bajo también.
Gritos de "todo el mundo fuera del escenario", "todo el mundo abajo del escenario" mientras el puente de luces amenazaba caer sobre nosotros. Alguna de la gente que huía pasaba por encima del Rickenbaker y yo también caí al suelo de rodillas lastimándome ligeramente el talón del pie izquierdo. Quejica profesional, ya sabéis.
A todo esto, el ruido del viento contra plásticos, paneles y telones era ensordecedor. Caían ríos de agua. Entre gritos logramos unos cuantos bajar del escenario y nadie sabía dónde meterse, nadie sabía lo que era un lugar seguro en esos momentos.
Huímos ya abajo por detrás del escenario totalmente empapados y en fila india por la estrechez del camino Helen, Jaime Asúa, tres o cuatro miembros de producción, la esposa de uno de ellos y yo y nos cruzamos con otra fila india que venía en sentido contrario también corriendo en la que estaban dos señores de seguridad, Jimena, Joaquín y más gente que no recuerdo. Imaginad el caos, cada fila siguió su camino porque nadie sabía a dónde dirigirse. Nadie sabía de un lugar seguro.
Todo amenazaba con venirse abajo por el huracán y no se veía absolutamente nada.
Totalmente a oscuras.
El tío (compañero de producción argentina) de repente vio un hueco, una especie de entrada en la pared tapada con un plástico y bastante pequeña, como para que cupieran diez o doce personas pero sentadas porque tenía unos asientos. De pie, casi no se cabía. Ahí nos metimos.
Empezamos con las preguntas de rigor, "¿están todos bien?", "alguien tiene algo serio o no tan serio?", "¿quién falta?", etc, etc. El tío entonces encendió una linterna para ver dónde estábamos y ahí me dio el ataque de risa: ¡¡¡estábamos escondidos en el banco o banquillo de suplentes del equipo local en la bombonera, estábamos donde se sientan los jugadores de Boca a la espera de ser llamados para sustituir a algún jugador!!! Ahí habíamos ido a parar. Por lo menos daba la impresión de ser un lugar mínimamente seguro.
Debimos pasar ahí más de media hora y la lluvia no cesaba, es más, arreciaba aunque parecía imposible. Al rato decidimos salir a probar suerte, a la aventura, anduvimos unos veinte metros y nos encontramos con el otro grupo, el de Joaquín y compañía que se había metido ¡¡¡en el banquillo del 4º árbitro!!!...qué mezcla de pánico, impotencia y risa floja...! Joaquín en el banquillo del árbitro en la bombonera esperando a que cese la lluvia, quién me lo iba a decir, quién se lo iba a decir...!
Después, entre todos decidimos que había que intentar llegar a otro sitio más seguro y lo ideal era llegar a camerinos. Para llegar al camerino había dos opciones: la primera pasaba por subir al escenario donde habían habilitado un pasillo por el que subías a los palcos y luego bajabas al camerino. Pero el escenario era un pim pam pum, una especie de bolera donde los bolos seríamos nosotros
y las bolas serían las cajas de cientos de kilos que debían estar rodando alegremente por allí. La segunda opción pasaba por llegar a una puertita que daba a camerinos, pero para llegar a esta puerta había que en ingresar al campo, osea al terreno de juego, osea al cesped, y ya allí entrar otra vez en el graderío y llegar a dicha puerta. En el terreno de juego todavía quedaba gente ya que el estadio tardó muchísimo en vaciarse debido a que la gente esperaba a una imposible reanudación, y a que todo el barrio de La Boca se había inundado y salir del estadio suponía andar varias cuadras con el agua por encima de los tobillos e incluso más. Me hablaron al día siguiente de muchos centímetros de agua.
Aún así elegimos la segunda opción. Entre charcos de más de 20 cms de profundidad, barrizales tremendos, resbalones y demás calamidades, llegamos por fin a la puerta de camerinos. Aunque parezca mentira, habíamos llegado!
Dentro de camerinos el lío era terrible. Poco a poco fue llegando todo el mundo y realmente el espectáculo era los restos de un naufragio.
Todo el mundo estaba más o menos bien y eso nos tranquilizó.
En la batalla perdí el guitarrón mexicano, se estropeó mi guitarra acústica, el bajo fue pisoteado, el teclado de Antonio cayó al suelo, etc, etc. Y eso hablando unicamente de instrumentos. Los desperfectos en los equipos de sonido y luces fueron varios, empezando por la microfonía.
A los camerinos iban llegando poco a poco los instrumentos como si fueran enfermitos tras un accidente. Se les aplicaba aire caliente, y muy cuidadosamente se iban secando con telas y manteles los instrumentos, los aparatos, los pedales, las mesas de luces y sonido...ese camerino parecía un hospital de campaña aunque muy peculiar. Los técnicos, pobres técnicos, seguían saliendo al escenario a rescatar lo que podían y volvían al hospital de campaña agotados y empapados con algo en los brazos, una guitarra, un micrófono, una mesa...
No sabíamos si reir o llorar...y fuera seguía cayendo una impresionante tromba de agua y viento. No teníamos ropa seca, así que tuvimos que aguantar hasta que llegamos al hotel totalmente empapados. Yo tenía una mezclilla de barro, agua y cesped en piernas, calcetines, zapatillas, brazos, etc, etc.
Tras un par de horas en camerinos, la tormentas amainó y nos llevaron al hotel en una furgoneta. A esas alturas de la noche, todos sabíamos que era practicamente imposible una segunda función al día siguiente, tal y como había quedado todo.
Pero ya os he dicho en muchas ocasiones que tenemos un gran equipo técnico. A base de no dormir o de dormir poquísimo, lograron el milagro que contaré más adelante.
Ese primer día hicimos el chou casi entero y solo faltaban dos canciones para los bises. Nos hubiera encantado terminar y, de hecho, ya nos la estábamos jugando durante la interpretación de "Ruido". Sinceramente, había mucho riesgo.
Tengo la sensación de haber tocado ante un público para el que no me quedan ya calificativos. El comportamiento ha sido admirable. La bombonera llena, abarrotada...y ya sabéis que "La bombonera no tiembla. La bombonera late!" Exactamente esa es la impresión que te llevas de allí, como decía el bueno de Paco Beneyto "¡Oye, es verdad que latía!". Pues claro que es verdad, bendito latido argentino!.
Yo, a pesar de no haber podido acabar este concierto, guardaré para siempre un recuerdo imborrable de la casi hora y media que estuvimos tocando y de lo que aconteció después.
Dadme un par de días para desenchufarme de este primer chou y ya contaré las maravillas del segundo. Pero dadme un par de días, por favor, para que tome aliento. Todavía me falta.

Guitarrista insurgente Varona

Y dile que la echo de menos...
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sábado, diciembre 16, 2006

Rosario


Tengo prisa, prisa, prisa, así que voy a hacer una croniquita cortita cortita cortita llena de palabras repetidas dos o tres veces para que ocupen más espacio espacio y así no se note que cada vez me queda menos que contar, aunque cada vez tenga más motivos para seguir echando piropos y más piropos al público, en este caso rosarino, rosarino.

Hoy he comido con Joaquín y, dado que no quiere hablar para cuidarse la voz, lo poco que dice me lo escribe en un papel con una frase corta, por ejemplo en el margen del diario El País.
Y me pone, es un decir, que ensayemos "Dieguitos y Mafaldas" para la Bombonera. Y de repente me escribe "la actuación de Rosario fue la mejor ¿verdad?" o algo parecido a esto y yo le digo que sí, que en Rosario todo funcionó a la perfección y él se ríe encantado de la vida porque lo que más le gusta a mi compadre además de conversar es reírse en la mesa con los amigos.

Y más o menos así pensamos todos, en Rosario se acabaron los problemas, todo funcionó perfectamente y el estadio del equipo de fútbol de Rosario Central era una preciosidad, una inmensa preciosidad llenita de un público enfervorizado, todo el estadio decorado con los colores azules y amarillos, los asientos, las gradas, las paredes, los camerinos, los vestuarios, el suelo, todo, absolutamente todo pintado de azul y amarillo...
Y si a todo esto se le suma las 20.000 gargantas, las 20.000 caritas, las manos levantadas, las sonrisas, las lágrimas, etc, etc, terminamos dando con un concierto ferpecto.
Estoy seguro que entre los argentinos hay una especie de competición a ver quién quiere más a Joaquín. Y se enteran de que en Mar del Plata le han querido muchísimo y entonces los de Rosario dicen pues nosotros vamos a quererle más todavía...y es un cariño inmenso que hace que se nos acelere el corazón a todos, músicos, técnicos, mánagers, etc, etc.

Y así va todo de bien como va.

Hicimos una prueba de sonido como dios manda. Apenas un par de pegas: el sol de justicia que caía sobre el estadio teniendo en cuenta que en Rosario hacía un calor de la madre que me parió (¡hola mamá!), y el partido de fútbol que debía decidir el campeonato argentino de fútbol entre el Estudiantes de La Plata del Cholo Simeone y Boca, nuestro Boca, que cada vez me recuerda más a mi Atleti aunque digan que mi Atleti es un calco de Racing de Avellaneda.
Bueno, mientras probábamos sonido marcó Palermo para Boca y llegando al hotel le cascaron dos pepinazos a Boca y se quedó el campeonato en la ciudad de La Plata.
Sigo con la música. La prueba fue excelente, tuvimos tiempo y ganas, muchas ganas de tocar porque lo que más nos gusta de nuestro trabajo además de tocar es probar sonido que es otra forma de tocar.

Y entre tocata y tocata, a mi amigo y jefe le daban otra medallita de ciudadano ilustre o hijo adoptivo o ciudadano cero o hijas de la caridad. Se va a hinchar de recibir agasajos mi compadre.

Se lo merece todo.

A la hora de la actuación, una sorpresa: el rosarino Juan Carlos Baglietto vino a cantar muuuuuuuuy biennnnnnnnnn "Con la frente marchita" y nos dejó a todos un excelente sabor de boca. La gente de Rosario adora a Baglietto, le quieren muchísimo y se llevó un pedazo de ovación de las que hacen época.

Joaquín salió pitando hacia Buenos Aires nada más acabar el chou para ciudarse, todavía más si cabe, para las dos presentaciones en Buenos Aires que sé positivamente que le preocupan porque quiere terminar esta fantástica gira por todo lo alto.
Nos quedan poquitas cosas que hacer y una de ellas es tocar para tantísima gente en uno de nuestros escenarios favoritos: Buenos Aires.
De todas formas, todavía tenemos reciente el exitazo de Rosario y sus 20.000 almas haciendo esa marea que me tiene totalmente cautivado.

Novedades: los periodistas han dejado de llamar a Helen "Gerende" por lo menos de momento. Tocaremos "Dieguitos" en Baires y alguna más...depende de quien aparezca...pero garantizo sorpresas...con los invitados...con el confetti...con todo...todo magia...todo pasión...estamos en Argentina señores, estamos en Buenos Aires y aquí todo es posible!
Dudas: ¿me pongo la remera de Boca?...mmm, creo que no. ¿Se pondrá Joaquín la remera antigua de Boca, esa que tanto le gusta?...mmm, no lo sé.

Un consejo: si vais por Rosario, visitad el Sabina bar. Merece la pena.
Rosario, millones de gracias por la complicidad, por la energía, por la marea, por las gargantas, por la paciencia, por el cansancio, por la generosidad, por las caritas...



Guitarrista insurgente Varona


Y dile que la echo de menos....


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miércoles, diciembre 13, 2006

Mar del Plata


Dado que no tengo ni pajolera idea ni de electricidad ni de electrónica, no voy a poder contaros qué nos pasó esta vez. Pero pasar, lo que es pasar, pasó. Otro problema más.
El otro día le decía yo de coña a Joaquín que debía estar hasta los mismísimos de tener que pedir perdón en las últimas actuaciones por problemas de aplazamientos o retrasos...pues nada más verme en Mar del Plata me dijo divertido "hasta los cojones de tener que pedir perdón...". Lógico. El concierto y la gira llevan su nombre pero ¿qué culpa tiene él de que un subidón de tensión provoque un retraso de una hora?
Una rachita de relativa mala suerte nos ha dado problemas en las últimas actuaciones, por suerte subsanados maravillosamente bien por el equipo técnico. Aparte de eso, gloria bendita.
Joaquín, en Mar del Plata, estuvo cumbre. Recuperado totalmente de la levísima afonía, cantó con muchísimo arte y con mucha gracia, aunque en toda esta gira se está luciendo de verdad de la buena.
Alguna vez comenté con alguien de la prensa que yo, personalmente, guardaba un recuerdo excepcional de la última actuación en Mar del Plata hace más de medio año. Es más, incluso llegué a decir que me había parecido en general la mejor de toda la Gira Ultramarina por América. Así que estaba muy emocionado y expectante por volver a Mar del Plata y además al Estadio Mundialista, ni más ni menos!
Llegamos a Mar del Plata procedentes de Córdoba en mitad de un fin de semana largo. Así llaman aquí a lo que en España llamaríamos un puente. Exactamente llegamos en mitad de "nuestro" puente de la Inmaculada. Eso quiere decir que todo o casi todo Buenos Aires estaba en Mar del Plata, en la playita, tomando el sol y bañándose o paseando, como un 25 de julio en Benidorm.
Mucha gente en la playa, mucha gente en la calle, calorazo, y ambiente veraniego de chanclas y bermudas de colorines. Nosotros ya no sabemos qué ropa ponernos, ya sabéis, abre la maleta, cierra la maleta.
Ha habido poco o ningún baño en la playa, que yo sepa...solamente sé que Rafa Meroño se ha atrevido a pillar prestada una tabla de surf y se ha ido alaguapatos a probar suerte. Ha vuelto contento de la aventura. De los demás, creo que nadie se bañó en la playa en los dos días que hemos pasado en esta ciudad.
La prueba de sonido fue estupenda, todos nos felicitábamos por probar sonido sin público delante y con tiempo para disfrutar. Tocamos un bluesecito, de contentos que estábamos, y volvimos a repasar "Con la frente marxista" aparte de las de siempre. Solemos probar sonido tocando "Conductores suicidas", "Pájaros de Portugal", "Siete crisantemos", el principio de "Calle Melancolía", etc, etc. Siempre o casi siempre hacemos esas que os he dicho, más alguna otra que alguien tenga a bien pedir.
Tras la prueba pudimos volver al hotel a pegarnos un duchazo (remember, calor, calorazo!) y un par de horas después volvimos al estadio ya para tocar.
Faltaba una media hora para salir cuando de repente, ZAS! (en este momento, mientras escribo esta croniquita, vamos viajando en bus desde Buenos Aires a Rosario, así que le voy a pedir a Jaime Asúa, ya que le llevo delante, que me explique lo de la avería)
JAIME: "Se estropeó un regulador de potencia del generador de corriente y este envió un pico de 600 voltios a todo el equipo de luces y vídeo, quemando parte de los focos."

Poseso. Gracias Jaime! Ya veis, el pico nos salió por un pico. Como podéis ver, una auténtica mala suerte. No hay que echar la culpa a nadie. Le voy a volver a preguntar a Jaime cómo se arregló el problema:
JAIME: "Las mesas de sonido y luces tienen un aparato que las protege llamado "servicio de alimentación auxiliar". Uno de ellos se quemó, evitando así que se quemara la mesa de luces. Una vez que trajeron uno nuevo, se encendió la mesa de luces y se comprobó el alcance de los desperfectos. Tuvimos que trabajar con el 65% del equipo de luces. Afortunadamente no hubo daños ni en el audio ni en el vídeo. Y colorín colorado, este bolo aún no lo he cobrado"

Gracias Jaime por tu generosa aportación. Estoy realmente emocionado por estas sencillas y a la vez emotivas palabras del licenciado Asúa que han logrado llenarme los ojos de lágrimas.
Bueno, a lo que íbamos. Media hora antes de empezar nos dicen que ha pasado esto que os ha contado Jaime y dan una hora más o menos de plazo para solucionarlo. Menos mal que se arregló y dimos un conciertazo...creo que empezamos una hora tarde pero compensó porque Joaquín estuvo divertidísimo toda la noche.
¿Momentos emocionantes? pues sí, hubo unos 150 momentos emocionantes en dos horas y media de chou. De la euforia al lagrimón y del lagrimón a la euforia. Mi compadre es el rey del mundo. Hay días que me lo comería a besos porque me inspira mucha ternura, de verdad.
¿Repertorio? el mismo repertorio que en Córdoba. ¿Helen? estupenda Helen. ¿Los técnicos? maravillosos los técnicos: jamás conocí un equipo tan completo como este. No hay problema que no solucionen y todo ello con un humor excelente. ¿La banda? la banda es The Band y Sabina es Dylan, qué cojones! vamos a echarnos unas flores que nos las estamos ganando a pulso!
¿Y el público?...joder, otra vez el público...otra vez más de 15.000 personas bailando, saltando, gritando,...qué decir del público argentino que no esté dicho ya...!
Para mi, la verdad, es un sueño tocar en estos inmensos estadios en los que juegan grandes, enormes equipos de fútbol, y donde usamos los vestuarios de los jugadores como camerinos...es emocionante ¿no?
Bueno, estamos en la cuenta atrás. Nos quedan 4 chous. Se pueden contar con los dedos de una mano. Qué penita acabar la gira, qué alegría volver a casa!
Se me olvidó contaros que desde Montevideo somos uno más: Angel, de vídeo, se ha sumado a la gira encargándose de las proyecciones. Otro profesional inmenso, otra excelente persona. Bienvenido Angel!
Pasado mañana en Rosario, en la cancha de Rosario Central, supongo que veremos a Baglietto, supongo que no veremos a Fito, supongo que seremos felices una vez más. ¿Y ya van cuántas?

Gracias Mar del Plata. Un beso grande!!!!!

Guitarrista insurgente Varona.

Y dile que la echo de menos...
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domingo, diciembre 10, 2006

Córdoba


Podemos resumir el chou de Córdoba en dos palabras: apo teósico.
Como todos nos temíamos, hubo problemas con el equipo en su salida de Uruguay y entrada en Argentina. Once horas de aduana tienen la culpa de que empezáramos el chou de Córdoba con dos horas de retraso sobre el horario establecido. El equipo no llegaba, no llegaba, no acababa de llegar y estábamos todos de los nervios, especialmente los técnicos que necesitan sus 8 horitas para dejarlo todo preparado desde que llega el equipo...y el camión llegó a las 4 de la tarde. Osea que el avión Hércules en el que viajaron los técnicos solamente sirvió para que ellos llegaran antes pero el equipo no.
Nos llevaron a un hotel más o menos céntrico en Córdoba y allí pasamos las treinta y seis horas antes del concierto entre paseíto y paseíto al centro histórico y visita al cenrto comercial. No hay cosa que más me guste estando de gira que un locutorio telefónico y una conexión a internet barata y cerquita. Se agradece. En los hoteles te crujen, ya lo conté hace tiempo. Algunos precios de algunos servicios en hoteles en esta gira: botella de agua, 8 dólares. Llamada a España de dos minutos de duración, 50 dólares. Así podría seguir eternamente con lavanderías, room service, etc etc. Así que nosotros vamos en plan agarradito, intentando gastar lo menos posible porque es una carnicería auténtica.
Bueno, a lo que iba. Resulta que los técnicos se pegaron doble paliza. Tuvieron que empezar a montar a las 4 de la tarde después de llevar parte de la noche de guardia por si había noticias de los camiones. Así que cuando llegamos al inmenso estadio cordobés cerca de las 9 de la noche todavía faltaban dos horas de montaje y había que abrir puertas porque la gente se podía amotinar y con razón: ya llevaban dos horas de retraso y las noticias no eran muy prometedoras. La gente llevaba horas y horas haciendo cola para pillar el mejor sitio y no estaba el horno para bollos.
Así que cuando la gente entró se encontró con el espectáculo de ver el escenario lleno de gente montando todo el entramado: luces, sonido y escenario, más las proyecciones. Bueno, creo que, ya que había que esperar sí o sí ,era mejor hacerlo viendo un escenario lleno de peña currando que hacerlo frente a un escenario vacío y en silencio. Ya que hay que distraerse con algo, pues eso no está mal.
El camino de los camerinos al escenario teníamos que hacerlo en furgoneta y por el anillo de atletismo del estadio, dada la distancia que había entre un sitio y el otro. Era todo muy espectacular, miles y miles de personas esperando cualquier movimiento de alguna furgoneta para ponerse a chillar y a aplaudir.Coreaban, hacían la ola, en fin, como ya decía anteriormente, llegamos a la parte gigantesca de la gira. Pero todavía no le han quitado a Montevideo el hecho de ser el lugar en el que más gente de pago se ha metido para ver a Joaquín. Aun así, en Córdoba debía haber más de quince mil personas, cifra astronómica para mí teniendo en cuenta las cifras que estamos acostumbrados a mover en España. En cualquier caso, todos los músicos coincidimos en que desde nuestra posición sobre el escenario parecía que había por lo menos veinte mil.
No pudimos hacer prueba de sonido dado que el estadio estaba lleno y estábamos a punto de empezar el chou. No puedes ponerte a probar con tanta gente esperando la actuación, osea, no debemos ponernos a tocar y cantar canciones que diez minutos después van a volver a oir cantadas por Joaquín, queda bastante feo...así que cada uno de los músicos comprobamos que nuestros instrumentos funcionaban más o menos y...palante!
En dos palabras, la actuación fue im presionante. Tuvieron problemas Jaime y Antonio de escucha sobre el escenario dado que ellos no llevan pinganillos. Pero los que llevamos nuestra propia escucha lo pasamos de maravilla. Joaquín cantó bastante tocadito de voz y con una euforia contagiada irremediablemente por el IMPRESIONANTE público cordobés. Yo, al acabar y totalmente eufórico, pregunté a los demás: ¿no es el mejor público que hemos tenido nunca?
El caso es que nunca había visto en acción al público argentino en un estadio y delante de mí: era impresionante ver las mareas que hacen,cómo hacen la ola, cómo se ponen a saltar TODOS juntos y ves a once mil personas saltando, es exactamente eso... una marea maravillosa. Creo que se me quedará esa imagen para siempre, todos los cordobeses saltando como uno solo. Por primera vez en mi vida lo vi y lo sentí en Córdoba.
En cuanto al repertorio, no hubo cambios. Otra vez hicimos "Con la frente marxista", como decía mi amigo Pere Camps, y todavía no hemos estrenado "Dieguitos". Imagino que Joaquín la guarda para la cancha de Boca.
Se ha sumado a la gira Laura, Laurita, la señora de Paco Beneyto, nuestro batería y amigo, y desde aquí le doy la más cordial bienvenida y un beso muy fuerte, como ya hizo Joaquín en el concierto dedicándole una canción. Además es amiga nuestra desde los tiempos de Viceversa, allá por los 80´.
Bueno, hermosas y hermosos míos, hoy nos toca Mar del Plata, estadio mundialista, y otro baño de multitudes. Qué bien sienta de vez en cuando un bañito de estos...ya me decía mi madre que había que bañarse a menudo.

Guitarrista insurgente Varona.

Y dile que la echo de menos...
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viernes, diciembre 08, 2006

Montevideo


Dicen que había 25.000 personas viéndonos en Montevideo. Y yo me lo creo. 25mil. Veinticinco mil. MMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM en números romanos (un beso, Bea!).
Solo con decir que nunca antes nos había visto tanta gente pagando, está dicho todo. En Las Ventas se rondan las 20.000, em el Sant Jordi los 18.000...pero 25.000 el mismo día, a la misma hora, en el mismo lugar y pagando, nunca.
Hemos tocado para mucha más gente, pero gratis, por ejemplo en Madrid. Más de 100.000 personas nos vieron en el Paseo de Camoens en uno de los San Isidros del enorme alcalde Tierno. Pero era gratis.
Montevideo tiene el record de asistencia a un concierto de J.S. pagando, ahora mismo, aunque ya sabemos que dicho record le va a durar apenas unos días. Pero en este momento lo tienen.
Llega la parte gigantesca de la gira, por lo menos en cantidad: más gente, más vatios, más escenario, más luces, más sonido, más catering, etc etc...porque a partir de ahora empiezan los estadios, las canchas, como dicen aquí o, mejor dicho, acá.
Realmente me veo muy pequeño tocando para tanta gente. Bueno, es que somos muy pequeños comparados con el cariño inmenso, gigantesco, que nos tienen por aquí, en la República Oriental del Uruguay. Recuerdo que, a finales de los ochenta, hicimos Joaquín y yo un viaje de promoción a Buenos Aires. Dentro de esa promoción tuvimos que volar una mañana a Montevideo. Nadie absolutamente nos conocía. Es más, toda la relativa grandísima maquinaria que tiene detrás una gran compañía de discos, en Montevideo estaba manejada por un padre y su hija. Con enorme cariño, entre ellos dos lo hacían todo. Guardo un recuerdo precioso de esas dos personas tratando de hacer la mañana más llevadera a dos totales desconocidos como éramos Joaquín y yo. Total entrega, como todos los uruguayos. Total entrega cuando no éramos nadie y ahora que Joaquín es tanto tanto tanto como para meter 25mil personas en un campo de fútbol de hierba: el Parque Central.
La llegada fue agotadora. Un viaje de unas 20 horas de Guadalajara a México D.F. y luego de México D.F a Buenos Aires. ¡Qué grande en todos los sentidos es este continente, karajo! Osea, salimos de mañana de Guadalajara y llegamos a Buenos Aires a la mañana siguiente. Dormimos unas horas y puente aéreo a Montevideo en vuelo de 30 minutos de duración. ¿A cuánto era que estaba el peso uruguayo?...joder, qué barbaridad, qué mezcla de números en los billetes, en el cambio, en las habitaciones de los hoteles, bailan los números todo el rato. Nos estamos volviendo loquitos pero estamos muy felices. La salud mental de la gira es excelente, dado que músicos y técnicos hacemos una piña en torno a Joaquín para que todo esté en su sitio. Y así va de bien. Bueno, va bien con algunas excepciones.
Por ejemplo, hubo que aplazar el chou de Montevideo del día 5 al día 6. Se cayó el techo del escenario. Un techo inmenso que cubría un escenario inmenso. No pasó nada, y eso ya es bastante. También cuentan que se quedó un camión no sé dónde, pero ese camión no transportaba nada imprescindible. Así que hubo que rehacer el techo o hacer uno nuevo y también hubo que tratar de conseguir unas garantías de que el resto de la gira no se vería afectada por este retraso. Incluso tuvieron que conseguir un avión militar, un Hércules, para que transportara a los técnicos y llegaran a tiempo al montaje del chou de Córdoba. Otra medallita para los técnicos. Otra ovación, que la oiga yo desde aquí, por favor, por favor!!!!! a todo esto, me puedo imaginar perfectamente a Míchel tratando de convencer al piloto para que le deje llevar el avión un ratito...déjamellevarlo déjamellevarlo déjamellevarlo déjamellevarlo déjamellevarloooooooooooooo!!!!!!!!!!
Bueno, tras tanto sobresalto, se arregló el escenario con su correspondiente techo y se pudo hacer el chou. Hubo que avisar como se pudo al público del aplazamiento de 24 horas y a pesar de todo no hubo ni un silbido ni una protesta. Admirable, de verdad!
Durante el chou pasamos bastante frío...llegábamos a Montevideo pensando que haría bastante calor pero ya sabéis que Joaquín es experto en llevar el mal tiempo allá donde va... pobrecito mío!
No tuvimos ningún problema reseñable aparte de que Antonio tuviera que frotarse las manos desesperadamente para que le entraran en calor.
No sé exactamente por qué pero hicimos un "Pirata cojo" realmente memorable y Joaquín, al acabar, me decía "vaya Pirata hemos hecho hoy, eh?" pues sí, fue una interpretación magnífica.
Cambios en el repertorio: añadimos "Con la frente marchita" y yo cambié mi "Dolor de muelas" por "Esta boca es mía", versión roquerita...entre las muelas y la boca queda la cosa, ya veis.
Helen está cada día más adaptada. Sobre el escenario da un juego tremendo y su relación con Joaquín es excelente. Y con todos lo demás, cada día mejor, mucho mejor todo!
Bueno, ya estamos en Córdoba. Esta noche tocamos aquí. Volvemos a tocar en la Argentina.
Pero de momento, el record de asistencia se lo vamos a dar a Montevideo. Un placer pasar estos días en esa ciudad que todos llevamos en el corazón. Gracias a todas y a cada una de las 25mil personas que fueron a vernos, por aplaudir, por querernos, por aguantar retrasos y aplazamientos, por querernos, por aguantar el frío, por querernos, por querernos...


Guitarrista insurgente Varona.

Y dile que la echo de menos...
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lunes, diciembre 04, 2006

Guadalajara


Bueno, bueno, bueno...Guadalajara. Llamémosle 2° chou después de Helen o Helena. Claro, si la llamas Helen tienes que pronunciar Jelen.Pero si la llamas Helena no puedes pronunciar Jelena. A mí me gusta más Helena sin la "J" pero ya que todo el mundo la llama Helen con la "J" pues me adhiero encantado para no desentonar.
Hablemos de la semana de Andalucía en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Realmente creo que fue la Junta de Andalucía la que ha apechugado con todos los gastos de llevar a Guadalajara, Jalisco, México, a autores, editores, periodistas, invitados, artistas, músicos, etc. Ya que la literatura no es lo mío (aunque me gustaría) hablaré de la parte musical relativa a la Feria.
Musho invitao, musho cantante, mushogrupito y poco pescaíto. El día que llegamos a Guadalajara procedentes de Monterrey nos llevaron a un hotelito modestito que estaba plagado de españoles, de andaluces.
La noche anterior a nuestra llegada habían cantado Martirio y creo que Kiko Veneno junto a algún otro más...la noche que llegamos nosotros actuaban Diego Carrasco, Tomasito y cerraban Chambao. Al día siguiente tocábamos nosotros solitos y el día que nos íbamos estaban Danza Invisible, El Efecto Mariposa y no sé quién más.
Osea, después de mes y medio oyendo "huey" y "pinche" y "ándele" pasamos sin anestesia al "cusha" y al "pisha" tan nuestros. Fue bonito conocer a los chambaos, muy buena gente todos ellos, encantadores, fantásticos. La noche que llegamos fui a verles actuar y se me caía el lagrimón al oir eso de la playa de Barbate...
En fin, unas vísperas emocionantes que presagiaban un emocionante chou.
El recinto era una plaza en mitad de la calle, claro está, con una verjita rodeándola completamente. La gente que iba montada en los autobuses nos veía probar sonido pero para los peatones la verja era un poco alta.
La actuación era gratis pero, ya que había puertas en la verja, hubo tremendas colas desde muy temprano en la mañana para pillar el mejor sitio: el que primero entraba se ponía delante. Dicen que hubo cuatro mil personas en la plaza y, como no cabían más, otras cuatro mil viendo el chou por unas pantallas gigantes.
La prueba de sonido volvió a ser prueba-ensayo. Logicamente, las miles de personas que hacían cola fuera nos oían probar sonido y ensayar y cantaban las canciones con nosotros aunque no nos veían ni nosotros a ellos. Al acabar una canción aplaudían, yo daba las gracias por el micro, ellos pedían otra y cantábamos otra. Osea, una risa tremenda.
La prueba-ensayo con Helen fue estupendamente y, aunque agotadora para mi pobrecita garganta, nos sirvió realmente de mucho.
Ya en la actuación, el público estuvo fantástico. Muchísima gente joven y,según Dalama que es el técnico de sonido de fuera, una de las de mayor éxito en cuanto al público se refiere.
En cuanto al repertorio, hicimos "Camas vacías" y "Nube negra" en vez de "Resumiendo". ¿La razón? pues la razón era que estaba entre los invitados escritores o poetas el autor de la letra de dicha canción, Luis García Montero. Joaquín le quería dedicar esa canción y por eso la hicimos. También hubo una dedicatoria para Chus Visor y Conchita, y para más gente que no alcanzo a recordar. Me pegué un par de buenos abrazos con Luis y con Chus. Es cierto que emociona más ver a alguien querido fuera de tu país, lejos de casa.
Tuvimos algún pequeño problema con el sonido ya que no estamos acostumbrados a un escenario tan pequeño como el de Guadalajara y teníamos los side-fills casi encima de nosotros.
A pesar de este pequeño detalle, fue un chou calentito calentito.
Se rumoreaba que podía estar el sup Marcos por allí por la feria, así que cuando me tocó cantar pregunté al público si le habían visto por allí para invitarlo a subir al escenario y cantar conmigo y con Joaquín "Como un dolor de muelas". No estaba. Conste que me he puesto yo por delante de Joaquín no por falta de educación sino porque ese es el orden en que cantamos la canción. Primero la empiezo yo y luego sale mi compadre.
Otra nota alta para la banda, para Helen, para el staff y para Joaquín.

LA GIRA DE TODOS LOS SANTOS.

Así ha bautizado mi querido Fran a esta gira en la que hemos pasado por San Cristóbal de las Casas y tocado en San José de Costa Rica, San Juan de Puerto Rico, Santo Domingo, y Santa Fe de Bogotá.
Bueno, señoras y señores, nos vamos al cono Sur con la música a otra parte.

Pinche Pancho Gachupín.

Guitarrista más insurgente que nunca Varona.

Gracias México!

Y dile que la echo de menos...
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sábado, diciembre 02, 2006

Monterrey


Bueno, se fue Olga Román y llegó Helen de Quiroga. Es un notición por lo menos dentro de la banda, ya que vivíamos todos con la comodidad de los muchos años junto a Olga. Hacer coros con ella era una maravilla. Una sola mirada y era sabia entre las sabias para, como ella dice, "aterrizar al final de una frase junto a Joaquín". No seré yo quien cuente los motivos, aunque Joaquín ya se los ha contado a más de 15.000 personas con indirectas. Y además no lo diré porque esa no es la noticia. La noticia simplemente es que no está, que se ha vuelto a Madrid, y que ha tenido que llegar deprisa y volando Helen de Quiroga (un hermoso apellido para cantar Y sin embargo te quiero...) para aliviarnos el luto.
Lo más importante de nuestra estancia y nuestra actuación radicó en el cambio de coro. Hubo que adaptar los horarios, los ensayos, el repertorio...en fin, hubo que trabajar de lo lindo para que se notara lo mínimo esa enorme falta.
Joaquín presentaba ultimamente a Olga diciendo de ella que su pesadilla más recurrente era estar en un escenario y que no estuviera Olga a su lado...bueno, entre todos le vamos a aliviar la pesadilla o se la hemos aliviado.
Helen llegó de Madrid aprendiéndose las 25 canciones del repertorio en el avión, y cuando llegó se las sabía bastante bien. Me encontré con ella en la puerta del hotel y me la presentaron los técnicos que ya habían trabajado con ella en giras de Miguel Bosé o Alejandro Sanz. La verdad es que su currículum es espectacular. De entre los músicos, solo Paco Beneyto había trabajado con ella creo que en una gira de Malú. Pero Antonio, Jaime, Joaquín y yo no la conocíamos de nada. Ahí estaba el riesgo.
Preparamos para ella una prueba de sonido larguísima que nos sirviera de ensayo, y pasamos todo el repertorio excepto los bises porque ya no daba tiempo y la gente rugía fuera. En cada canción nos parábamos y estudiábamos, cambiábamos, volvíamos a tocar, en fin, labor de precisión. Así que dos horas y media de prueba de sonido en la que yo me canté el repertorio enterito porque yo hacía de Joaquín en dicho ensayo.
A la hora de la actuación, había nervios logicamente, pero no muchos más de los habituales. Helen salió estupenda ella desde el lateral y del brazo de Antonio y ahí se le pasó y se nos pasó el miedo. Lo hizo estupendamente. Cantó con un desparpajo extraordinario, y nos moríamos de risa al verla seducir a Joaquín en el momento de cantar "Y sin embargo te quiero". También cantó muy muy bien "Marilyn" e hizo francamente bien su papelito o papelón en "La Magdalena". Esos eran sus tres momentos estelares de la noche junto a "Por el bulevar de los sueños rotos"...que estamos en México, carajo, y esa canción es un himno por aquí.
Así que un notable para ella, "progresa adecuadamente, bien, diez, felicitada". Fue una actuación muy especial para todos nosotros y salió demasiado bien para las expectativas un poco negras que había horas antes. Todo ha sido muy rápido y lo hemos sacado adelante gracias al esfuerzo de todos. Como siempre, los técnicos fabulosos y los músicos también. Si Joaquín no llega a contarlo durante la actuación, practicamente no se hubiera notado que Olga no estaba porque no olvidemos que la gente va a verle a él. Nosotros, por mucho que llevemos 25 años con él, no somos más que segundones y el único imprescindible es mi compadre. Así que a otra cosa.
Monterrey es, para mí por lo menos, la ciudad del Cerro de la Silla. Un cerro altísimo con forma de silla de montar domina la ciudad y es una auténtica preciosidad para uno que ama la montaña (besos como siempre para Sebas Alvaro y Ester Sabadell, dos héroes de la montaña).
Tocamos en el arena de Monterrey, un inmenso local medio cancha de basket- medio lugar para actuaciones que tenía colgadas detrás del escenario unas telas desde el techo hasta el suelo enorrrrrrrrrmes, y le daban un aspecto muy hermoso al lugar. Ese truco de las telas se usa en acústica para amortiguar los rebotes de sonido, las reverberaciones y todas esas cositas tan molestas que pueden joder totalmente una actuación si no se corrigen. El localito tenía cabida para más de diez mil personas pero había una forma de cerrar la parte de arriba para que entraran unas seis mil. Y metimos exactamente 6.087. Lo sé porque las conté mientras tocaba.
Luego nos hicieron una minifiesta en el Nuevo Café de Brasil donde nos llevaron un mariachi que hizo que Jaime, Antonio y yo babeáramos directamente y nos divirtiéramos mucho. Por cierto, allí brindamos por José Romero, el que falta, el añorado Romerito, el más mexicano de todos nosotros, que por hacer el año junto a Estopa no pudo engancharse a la gira. Pero si está José no está Jaime...y si está Jaime no está José...y si está José, no está Jaime...y etc, etc...y, joder, yo quiero que Jaime esté porque nos está danto tanto en esta gira que es muy difícil agradecérselo con palabras. Sir Jaime Asúa, ya saben.
Monterrey es una ciudad ya visitada por nosotros en cuatro ocasiones creo, y la verdad es que cuando voy del aeropuerto al hotel y veo el cerro, me da un escalofrío...
Se me han juntado dos croniquitas...ya sabía yo que algún día me pasaría. He tenido dificultades de conexión estos días y no he podido mandar esta crónica de Monterrey hasta hoy mismo y debo decir que ayer tocamos en Guadalajara. Dejad que repose el chou de Guadalajara. Como el tequila, reposado es mejor. En un par de días, ya en Argentina o en Uruguay, os cuento lo que pasó por aquí en Jalisco (qué hermoso nombre).
Mil gracias Monterrey, volveremos pronto. Seguid escribiendo, por favor, que ya sabéis que os necesito.

Olguita, un besazo!

Guitarrista más insurgente que nunca Varona.

PinchePanchoGachupín.

Y dile que la echo de menos...
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