Con la miel en los labios

Tocaba hablar de Valencia pero hay que hablar de Gijón. Es una putada pero la actualidad manda. Primero suspendimos una y luego suspendimos las tres que deberíamos haber hecho en Gijón, nuestra querida Gijón: a teatro lleno, con la gente entregada...nos quedamos con la miel en los labios. Yo nunca había visto (oido) a Joaquín así de mal.
El chou empieza con unos versos de "Amo el amor de los marineros" cantados por Antonio, luego cantamos el estribillo mientras entran en escena Olga y Joaquín. La gente aplaude, casi enloquece, y Joaquín coge el micro y sus primeras palabras cantadas son "Desde el fondo.....". Esa primera palabra "desde" que dice o canta Joaquín en el chou hizo que Antonio y yo nos mirásemos alarmados: estaba realmente mal.
Pero Joaquín nos tiene acostumbrados a su voz o como se llame eso que tiene Joaquín y muchas veces empieza medio afónico y a mitad de chou remonta y acaba pletórico de voz y de fuerza y de energía. Por eso Antonio y yo estábamos alarmados pero pensábamos que según fuera pasando el tiempo iría mejorando.
La segunda canción fue "Ahora que" en la que se mantuvo mal pero no empeoró teniendo en cuenta que es difícil de cantar, está un poco alta para el registro limitado de Joaquín y es de larga duración. Yo todavía mantenía la esperanza.
En "Pájaros de Portugal" me di cuenta de que no iba a remontar y de que en vez de mejorar empeoraba. Tiene el tono exacto y apropiado para Joaquín, un tono cómodo que le permite descansar en otros conciertos del duro principio. Pero en vez de un descanso fue un suplicio. Y qué decir de "Pie de guerra"..... pero el peor momento llegó en "Calle Melancolía". Es una canción muy cómoda para Joaquín, en ella se recrea, inventa e intenta cosas nuevas todas las veces, la disfruta y la paladea,
es la primera vez en el concierto que público y artista cantan juntos y echan un buen polvo en mitad de la actuación...pues fue una tortura ver que no llegaba y que se le iba la voz cantara alto, cantara bajo, suave, fuerte: estaba mudo.
Ya solo quedaba ver cuánto tiempo más duraba porque yo sabía perfectamente que en esas condiciones no podía seguir. Y tras "Dos horas después" se vino abajo del todo y decidió bajarse del escenario, cosa que jamás había hecho conmigo en veintitres años. Con Joaquín hemos tenido suspensiones pero antes de empezar el chou, no en mitad de él. Y también hemos suspendido en mitad de chous cuando ha empezado a diluviar y algún otro caso extremo.Me acerqué al camerino y le dije a Joaquín que si quería cantaba yo "Esta boca es mía" y Olga su canción y así tenía diez minutos para descansar y reponer fuerzas pero me dijo que no porque volvería a enfriarse otra vez la voz y sería todavía peor.
Le vi irse por el pasillo de los camerinos en dirección a la furgoneta totalmente desesperado con gesto tristísimo, no cabreado. Me dio mucha pena. Cuando comentó en el chou que había sido malito se refería a que se había quedado la noche anterior escribiendo y tomándose unas copas él solito en su casa. Esa es toda la juerga que ahora dicen que se corrió. La euforia de volver a Gijón le hizo "ser malito" de una manera tan inocente que daba hasta ternura. Ahora sabemos que no debería haberlo hecho pero qué putada no poder ni celebrar que viajas a una ciudad que amas y quieres escribir algo hermoso y te quieres tomar unas copas. Eso ya no se puede hacer porque corres el riesgo de suspender. La gente cabreada tiene razón, por supuesto que la tiene. Creo que Joaquín se equivocó pero lo hizo con tan buena intención que da pena verle tan abatido.
Volveremos, juro que volveremos.