San Felíu

¡Lío en la carretera, lío en los aeropuertos, y en todo el país debido a la operación salida y a una extraña huelga...
San Felíu de Guíxols está a 700 kilómetros. Hace tiempo le pedimos a la oficina que nos llevaran en avión a esta gala. Lo pedimos como niños que han sido buenos, que se han portado bien: Cristinita, pofavó, pofavó, ¿no podríamos hacer este viaje en avión sin que sirva de precedente?
-Bueeeeeeeeeeno, ya veremos, pero tenéis que portaros bien.......
Así que fuimos calladitos el resto del viaje (no recuerdo qué viaje era) sin jugar a darnos de ostias ni molestar al señor conductor. El caso es que nos consiguieron unos vuelos a Barcelona porque volar a Girona es difícil por la época del año...y por les pesetes que cuesta, mire usté...
El viaje era un puente aéreo Madrid-Barcelona en avión supersónico Concór y allí nos recogía nuestra furgonetita para llevarnos hasta San Felíu, que está a un pasito de la frontera con Francia.
Pero hete aquí que se pusieron en huelga unos señores (no diré lo que pienso al respecto) y el viaje se fue al carajo. Se descartó la opción de ir en furgoneta porque era una paliza de 8 horas teniendo en cuenta que hay que parar a comer, y todo esto sentaditos allí en la sillita eléctrica. Fijaos en que la silla eléctrica suena mucho menos asesino si le pones el diminutivo...sillita eléctrica...podían cambiarle el nombre, es como más publicitario.
La solución: AVE a Lleida y furgonetilla (nunca nos libramos de la sillita eléctrica) hasta San Felíu.
Segunda cuestión: en San Felíu nos hospedamos en un hotel cuyo nombre ya mosquea: Hotel Hipócrates. Entramos en recepción y vemos a toda la peña en albornoz, mayoritariamente parejas casi jóvenes, y también vemos una mesita donde hay unas tacitas, unas cucharitas y un dispensador de caldo de cebolla!!! (rima fácil). En fin, que era un sitio un poco especial...muy especial.
La prueba se retrasó porque todo el mundo tuvo ese día algún problema o problemilla de transporte. Por lo que el ensayo que íbamos a hacer no se hizo y se va retrasando, se va retrasando, se va retrasando, etc etc. Como siempre, llegaremos a Las Ventas del Espíritu Santo por los pelos.
La actuación fue una gozada. Joaquín se lució en los versitos que dedicó a (¿cómo se llamarán los de San felíu de Guíxols, sanfeliudeguixolenses?) la gente de allí e hicimos un chou muy serio y muy potente. Tuvimos algún ligero problemilla que en el momento que te pasa te cabrea muncho, muncho, munchísimo. No estalló la bomba de confeti mariqueto en el momento de acabar Pacto entre Caballeros. Estalló diez segundos después cuando ya no había ni música ni na de na...y yo me asusté, carajo, pegué un respingo como casi todos los que estábamos en el escenario. Los técnicos de luces se descojonaban de risa porque sabían quién había sido el causante de tamaña gilipollez. No diré el nombre pero mecagoentoassusmulas.
Respecto a la actuación, ya tengo ganas de oir y ver un concierto desde fuera, aunque lo llevo claro: jamás lo he visto y jamás lo veré. Y será buena señal porque eso querrá decir que sigo dentro del escenario y junto a mi compadre demás familia Pero quiero oir cómo suena y quiero ver cómo se ve el escenario, las luces, las proyecciones...todo el mundo habla maravillas pero yo soy el único que ni ha visto ni ha oido ná.
La vuelta también tuvo su intríngulis. Tuvimos que despertarnos en el Hipócrates a las 8 de la mañana para viajar en silla eléctrica hasta El Prat de Barcelona (donde ya no había ni barricadas ni trincheras) y pillar un vuelo que salía de allí a las 12 y llegaba a Madrid a las 13, justo para llegar a casita y ver a Alonso quedar 5º (lo cual me jode) y ver a Schumacher ganar (lo cual no me jode porque uno es ferrarista y listo).
Mañana vamos a La Manga y estoy esperando a oir los versos de Joaquín para con La Manga porque seguro que tienen mucha mucha gracia, no tengo datos pero le conozco como si le hubiera parido.
Nos vemos.