El Mar Menor

Siempre me ha parecido un nombre muy bonito eso del Mar Menor, me recuerda a cuando era pequeñito. Hacía mucho tiempo que cuando hablaba de La Manga la llamaba así, La Manga. Ayer Joaquín me recordó que la Manga está en el Mar Menor y me hizo ilusión retrotraerme a aquella época...
Me equivoqué pensando que Joaquín buscaría una buena rima para La Manga, algo tipo tanga o ganga o pachanga. Pero basta que yo tenga una corazonada para que pase todo lo contrario. Joaquín no hizo referencia en sus versitos a La Manga.
Sí tuvo una salida de tono cuando habló de la república independiente de Murcia...y hubo algún abucheo divertido debido a la rivalidad enorme, tremenda, entre Murcia y Cartagena. Y ayer estábamos en los dominios de los cartageneros que no cartagineses, esos eran otros y según los libros fachas en los que yo estudié de pequeñito (otra vez con la infancia perdida...) debían ser muy muy malos. Menos mal que uno se encarga de mayorcito de subsanar las lagunas educativas a base de leer otra clase de libros, no precisamente recomendados por los curas que me "educaron".
Así que Antonio, el gran Antonio, se encargó de rectificarle allí mismo y en directo a Joaquín soltando el nunca más oportuno grito de "Viva Cartagena!". Joaquín se dio cuenta y hubo risas ya por el resto del chou, porque Joaquín estaba ayer más divertido que nunca y riéndose cada dos por tres. Para los desconocedores de la anécdota, les recomiendo que se metan en un anecdotario y busquen una muy famosa referida a "Viva Cartagena!". El primero que la encuentre recibirá un caramelito de premio.
El recinto era un poco...a ver cómo lo digo sin herir susceptibilidades....era un poco escasito. Era una especie de descampado vallado con cabida para unas seis o siete mil personas y allí debía haber más de cinco mil, calculo yo. Era de tierra, osea polvo por todos los rincones. En fin, ya sabéis mis gustos respecto a los recintos donde actuamos, pero como el chou salió tremendo de energía y de fuerza y de sonido pues me callo y digo yo también "Viva Cartagena!", y viva La Manga del Mar Menor.
Joaquín no empezó muy pletórico pero se agrandó como pocas veces le he visto. En mitad de la actuación le comenté a Antonio "¿te has fijado lo bonita y redonda que le suena la voz a Joaquín hoy?" y me contestó que a él le parecía exactamente igual. Así que un aplauso también a nuestro sonido de escenario que ayer fue excelente.
No hicimos "Con lo que eso duele" ni "Nube negra" porque creo que tienen todas las papeletas de quedarse fuera, una vez que incorporemos las tres o cuatro (más bien cuatro) novedades del mes de agosto y septiembre.
En cuanto a lo más reseñable del público os contaré que había una señora muy muy bajita en la segunda fila que nos tiraba cosas al escenario todo el rato...pero ninguna llegó y se cayeron en el foso porque era muy pequeñita y no llegaba. Yo miraba a los de seguridad para que la echaran una mano pero no hubo manera. Así que sus cajitas y sus papelitos y sus regalitos cayeron al foso y alguien se los quedaría, pobre. Un beso para ella.
Acabamos de llegar del Mar Menor y mañana nos vamos a Barbastro, osea Huesca, uséase Aragón. Otra vez a doblar el mapa de España por la mitad y viajar a otro sitio que está lejitos. Yo llevo años en esto, ya sabéis, y, para mí, 400 kilómetros son el límite desde hace tiempo. Un lugar a 400 o menos kilómetros está cerca y un lugar a más de 400 kilómetros está lejos. Cuatro horas de viaje marcan la diferencia para mí. De cuatro en adelante lejos. Menos de cuatro, cerca. Como en Barrio Sésamo.
Ya estuvimos en Barbastro otras veces y la última con Estopa y conocemos la ciudad, conocemos el hotel, conocemos la plaza de toros y eso es jugar con ventaja. Sabemos que vamos a un lugar estupendo. Aunque esté tan lejos del Mar Menor.