Castellón, qué flash por falta de flashes!

Hay días que no te da tiempo a nada más que a viajar, probar, tocar, dormir y volver a viajar...todo eso en apenas veintitres horas.
Salimos a las 15 horas de Atocha ya comidos y llegamos a Castellón a las 19.30 a tiempo para la prueba de sonido que empieza a las 20 horas y dura hasta las 21 que abren puertas y nosotros picamos algo y nos cambiamos de ropa para salir a tocar a las 22 y terminar a las 12 de la noche más o menos. Entre 1 y 2 estamos ya en el hotel y a las 9 de la mañana arriba para salir de viaje de regreso a las 10 y llegar a Atocha a las 14 horas. ¡Qué locura, bendita locura!

Qué flash, qué falta de flashes...! Ayer pasó algo diferente entre el público asistente al chou de Castellón: ¡no nos hacían foticos apenas y casi nadie sacaba el móvil para llamar a un amigo y telefonearle una canción o fotografiarla ni se veían mini cámaras de vídeo...increible y muy de agradecer!
Entiendo perfectamente que la gente se hinche a hacer fotos con avidez para perpetuar el momento. Es más, yo, como público, imagino que también lo haría pues nací mitómano y mitómano moriré. Pero cuando estás arriba y ves que absolutamente todos los públicos lo hacen y llegas a Castellón y ves que allí no se hace o por lo menos no notas que se haga en las primeras filas, hasta se agradece...
Esto mismo luego lo comenté con Pedro y Antonio y es cierto que fue un concierto especial con un público diferente. Hasta la chica que se subió a darle un beso a Joaquín tuvo el detalle de hacer un gesto como pidiéndole permiso para hacerlo. Y Joaquín, lógicamente, accedió encantado. Ella le plantó un par de besos, se dio la vuelta, miró hacia el público, saludó como una reina y se bajó del escenario llevándose una ovación del gentío.

Nos pilló a todos de sorpresa cuando Joaquín me dijo poco antes de terminar "Quién me ha robado el mes de abril?" que la siguiente que haríamos sería "Conductores suicidas". No estaba nadie ni nada preparado para eso, ni las luces que van bastante programadas ni el sonido ni los instrumentos ni los ejecutantes ni los técnicos. Por eso debió ser que salió un pelín deslabazada.
Y luego tuve yo que apechugar, tras el final apoteósico de "Conductores" con el menos apoteósico principio de "Esta boca es mía". Lógicamente entenderéis que a mí me viene mucho mejor hacer "Esta boca es mía" después del final pausado de "Quién me ha robado..." que tras el final enloquecido de "Conductores". Pero no pasa nada, y si pasa se le saluda.
Mañana, si todo sale bien, nos tomaremos el aperitivo en la calle Estafeta porque vamos a comer a Pamplona.