San José de Costa Rica

¿Qué se puede esperar de un país con un nombre tan hermoso, que no tiene ejército y cuyo slogan es "pura vida"?
Hace ya unos cuantos años, una de las primeras veces que visité Costa Rica, recuerdo que llamé a casa por teléfono y cuando mi hija me preguntó que dónde estaba y le dije que en un país que se llamaba Costa Rica, terminó por decirme "Qué nombre tan bonito".
Pues sí, es un nombre precioso para un país precioso que tiene toda su belleza repartida por todo su pequeño territorio...excepto en la capital, San José.
San José es una ciudad, ¿cómo lo diría yo? con poquita cosa que ver. Preguntas por el centro y cuando llegas al "centro" piensas "esto debe ser el centro porque me lo han dicho, no porque lo parezca". Pues sí, unas cuantas calles peatonales conforman el centro de San José. Algún monumento allí, alguna iglesia acá, pero no un gran centro con una gran plaza. Puede que exista pero yo no lo he visto.
Es un país muy curioso y contaré algún ejemplito del turista gilipollas que yo me considero:

- La forma de hablar: no dicen Costa Rica, dicen Costa Rrrrruica.
- La vegetación es tan exhuberante que es una delicia sentirse en el trópico desde que aterrizas.
- Llueve todos los días de 12 del mediodía a cinco de la tarde, por lo menos en esta época del año.
- Amanece a las 5.30 ó 6 de la mañana...!!!!
- A las 9 de la mañana es la hora ideal para ir a la piscina porque a las 12 cae una chupa de agua monumental
- A los habitantes los laman "ticos".

Resumiendo, todo resulta simpáTICO en este país centroamericano regido por un presidente premio nóbel de la paz que se llevó una tremenda pitada cuando Joaquín lo nombró en el concierto, ya que el presidente Arias vino a vernos.
Tocamos en un horroroso pabellón de deportes. Los pabellones nos tocan los cojones. Este era de lo peorcito, techo de chapa suelta con vibraciones y reverberaciones imposibles de describir y de subsanar. Nuestro equipo de escenario estuvo a punto de no llegar, enredado entre aduanas, burócratas y papeleo de la peor calaña. Todo mal y tarde.
A todo esto, había gente que había pasado la noche en la puerta para pillar el mejor sitio ya que no había sillas en la pista y el que primero llegaba se ponía en la valla a los pies de Joaquín.
Tuvimos que empezar a probar sonido con tres horas de retraso sobre el horario previsto y hubo que dejar entrar a la gente porque estábamos en horario de lluvia y se estaban empapando, los pobres ticos. Así que probamos sonido como buenamente pudimos entre ovaciones del respetable que iba entrando, y risas generalizadas.
Quiero levantar otro monumento para nuestros compañeros técnicos que se comen marrones de categoría especial. Nunca todo está bien, siempre hay problemas de todo tipo y ellos capean el temporal de manera admirable. Así que una medallita en el pechito de cada uno de ellos, por favor.
El público estuvo impresionante. Gritaban como si fuéramos los Beatles, parecía que se habían vuelto loquitos, cantaban todo, gesticulaban, lloraban a moco tendido, Joaquín se me acercaba descojonado de risa y me decía "rocanrol, Panchito" y nos reíamos de buena gana. El ambiente era inmejorable para un buen concierto.
Hubo muchos piropos a los ticos y a Costa Rica y una mención especial para Chavela que iba a venir al concierto a vernos y se cayó cuando se encaminaba al viejo pabellón rompiéndose una costilla. Chavela, guapa entre las guapas, cuídate mucho y recupérate prontito.
El repertorio fue el mismo que en la gira mexicana más "Resumiendo", en la que , por cierto, las pasé canutas haciendo los coros ya que tengo una faringitis que hace que me duela la garganta al tragar y casi casi al respirar. Pero me estoy tomando cinco medicamentos diferentes, uno recomendado por Antonio, otro recomendado por Jimena, otro por Rafa Meroño (nuestro stage manager), otro recomendado por un farmacéutico y el último lo tomo porque me gusta el color de las pastillas. Algún cabroncete me dice que eso se me pasa si me dejo dar Vicks Vaporub en el pecho y ya de paso en las ingles...y claro, pues no.
Hubo un poco de descontrol con el sonido pero se pude considerar como lógico, aunque parezca mentira. Yo, desde que llevo el mismo sistema de pinganillos que Olga y Joaquín sufro mucho menos en los sitios en los que todos los demás sufren, aunque también pierdo en ambiente porque oigo menos al público.
Pero creo que ayer hicimos un gran chou y el público terminó extasiado y nosotros muy felices y orgullosos porque hubo que superar varios e importantes inconvenientes (medallita para los técnicos, repito!).
Al acabar, copazo en la piscina del hotel y a la camita que al día siguiente teníamos un viajecito complicado: San José-Panamá con escala en Panamá y luego Panamá-Quito.
Y ahora una de casualidades: por apenas un par de horas no he podido plantar un par de besos a mi hermana Gloria que, justamente, llegaba ayer con mi cuñado a pasar unos días a Costa Rica, a San José, al mismo hotel en que nos alojamos nosotros...¿le habrán dado la habitación 2038? Espero que se haya acordado de llevarse un paraguas...jejeje!
Para finalizar dirá que tras haberme hinchado a firmar autógrafos y hacerme fotos con todo el mundo, las palabras que más escuché dirigidas a nosotros fueron "Por favor, vuelvan!"
Claro que volveremos a ese fantásTICO país, es más, seguramente volveremos el año que viene con la gira de los dos jefes. ¡Ojalá!
Reconozco que desde que mi hija me dijo eso de "qué nombre tan bonito", llevo a Costa Rica en el corazón.

Por muchos años.